¿Cómo la improvisación puede ayudarnos en los entornos BANI?

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foto collage de un gato gigante con la boca abierta de la que sale una ruta

En pocas palabras:

En este texto l@s invito a reflexionar sobre cómo las bases que sostienen la disciplina de la improvisación pueden ayudar a las personas y a las organizaciones a responder más adaptativamente a los entornos BANI.

Si les gustó, déjenme su comentario al final. Me encanta saber qué sienten o piensan quienes me leen.

¡Spoiler alert! Este post no sugiere que las personas y las organizaciones dejemos de planificar y que empecemos a naufragar sin rumbo por el mar. Este post quiere hablarles sobre la importancia de que los equipos de trabajo incorporen en su mentalidad la filosofía de la improvisación. Si, a esta altura de mi recorrido considero que la improvisación es una forma de ver la vida y de encararla.

La Real Academia Española define la palabra “improvisar” como “hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación”.  Wikipedia dice que improvisar significa realizar algo sin haberlo preparado con anterioridad.

En este punto creo que es muy importante separar el “producto” que arroja una improvisación del “proceso” de la improvisación en sí mismo. Desde ya que cuando estamos improvisando, por ejemplo, una historia teatral, se está creando en el momento, es decir que no tiene una preparación previa. Ahora bien, lo que no tiene una preparación previa es la historia que estamos contando, lo que yo llamo el “producto”, pero en realidad las actrices y los actores que estamos creando esa historia estamos muy preparados para hacerlo. Pero muy preparados. Improvisar no es una ciencia oscura, pero implica un enorme trabajo de aprendizaje y práctica para llevarlo adelante con destreza.  Esta diferencia entre producto y proceso es crucial para empezar a interiorizar la idea de que saber improvisar, permitirse hacerlo, no es improvisado. Una cosa es saber improvisar, considerarse un improvisador o una improvisadora y otra muy diferente es ser un/a improvisado/a. Es decir, una cosa es el ser y otra es el saber hacer con eso. 

Si venís siguiendo mis contenidos, no será ninguna novedad la enorme magnitud de los beneficios que otorga esta técnica. Pero hoy me gustaría ir un paso más adelante. 

PILARES DE LA IMPROVISACIÓN

Escucha Activa

Aceptación

dibujo de corazón y cerebro caminando de la mano

Adaptación

dibujo de 2 cuerpos abstractos

Confianza

dibujo de 2 manos agarrandose

conexión con el aquí y ahora

dibujo de persona meditando

La improvisación es una técnica que se basa en 5 principios: escucha, aceptación, adaptación, confianza y conexión con el aquí y ahora (o conciencia plena). 

Estos 5 pilares son los hilos invisibles mediante los cuales l@ improvisador@s sostenemos nuestro saber hacer. Son las habilidades que desarrollamos para que podamos convertirnos en lo que somos. Llevándolo al mundo del fútbol, por ejemplo, sus pilares serán la visión de juego, el trabajo en equipo, la concentración, los pases, la recepción, los tiros y la conducción de la pelota.

Ahora bien, cuando improvisamos una historia hay algo que se llama el “formato”. La improvisación es la técnica, pero luego tenemos muchas maneras de ponerla en juego. El formato es el encuadre que le vamos a dar a la historia que vamos a contar, son las reglas del juego que tenemos que cumplir l@s improvisador@s para crear la historia. Los formatos son miles, me animo a decir que son infinitos. Cada recombinación de elementos nos permite crear un nuevo formato. Por ejemplo, podemos improvisar una historia con estilo de película western o haciendo solamente preguntas, pueden ser historias cortas, historias largas, podemos usar vestuarios, puede ser un espectáculo grupal o un unipersonal, etc. 

El formato es la estructura, es a lo que l@ improvisador@s nos tenemos que ajustar para crear la historia. En este punto, l@ improvisador@s no hacemos lo que se nos da la gana. Es más, si no cumplimos con el formato que se estableció previamente, la historia muy probablemente se pinche. El formato es el marco de la foto que vamos a hacer en el momento. Es un marco que nos define límites. L@ improvisador@s, para poder llegar al producto, debemos seguir reglas y pautas que nos condicionan, pero al mismo tiempo nos da la oportunidad de crear cualquier cosa. Incluso siempre hay un elemento que proviene del público: un título, un estilo, personajes, una situación, algún dato que pedimos al público como “prueba de vida” de que la historia que estamos contando es efectivamente en el momento y no algo que pensamos de antemano. Lo único que pensamos antes es el formato y en qué sala de teatro vamos a presentarnos (je).

dibujo collage de un hombre pateando una pelota de fútbol

Volviendo al ejemplo del fútbol, una cosa son los elementos mencionados antes, que hacen a la manera de jugar el deporte y otra es cómo se gana, es decir el formato, las reglas del juego. 

Incluso, si bien siempre gana quien mete más goles, está el fútbol 11, el fútbol 5, los campeonatos tienen sus propias pautas de funcionamiento: cuántos partidos se juegan para ganar la copa, cuántos equipos se tiene que cruzar. 

Por último, hay campeonatos locales, internacionales y está el mundial de fútbol (¡muchachosssssss, bueno Pepa, calmate!) que tiene su único y propio formato que definirá cómo se gana la copa (en nuestro 3!). 

Lo que intento decir es que tanto en la improvisación como en el fútbol sucede lo mismo: tenemos una base que es el trabajo interior que cada persona experta construye para adquirir la habilidad y luego el formato para demostrar esa habilidad.

Este ejemplo es para dejar en claro que, si bien l@s improvisador@s hacemos algo sin preparación previa, estamos más que preparad@s para eso. Mucho más que preparad@s. Y eso en lo que nos preparamos es lo que, a mi modo de ver, toda persona y organización debe poder incorporar.

Pepa, ¿me estás diciendo que todas las personas tenemos que aprender a improvisar?”

¡SI! Si, soy muy extrema en este punto. 

Considero que todas las personas del planeta tienen que aprender de esta disciplina. Y ojo, no estoy diciendo que tod@s tenemos que aprender a improvisar historias teatrales, estoy diciendo que todas las personas tenemos que incorporar las bases que fomenta la improvisación a nuestra cotidianeidad. La improvisación tiene 2 enormes efectos: el primero es que nos obliga a tomar decisiones y ejecutarlas, y la segunda es que eso sucede en el momento. La improvisación nos enseña a relacionarnos con el momento

A las personas, y por lo tanto a las organizaciones, nos gusta saber lo que va a pasar. Necesitamos saber lo que va a pasar para tomar decisiones, tomamos decisiones en base a lo que creemos que va a pasar en un futuro con la información que tenemos en el presente. Hace poco leí esta frase de Paul Valéry: “El problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que era”

dibujo collage de 3 personas jugando con una pelota

En realidad, el futuro nunca es, más bien siempre es algo que puede ser. El futuro es un imaginario que construimos en el presente en función de lo que pasó en el pasado. El futuro es una ilusión. Por eso insisto tanto con mi mantra “la única hora, es ahora”, porque en definitiva el presente es lo único que tenemos. Julieta Venegas dice: “el presente es lo único que tenemos, el presente es lo único que hay”. El tema es que no siempre nos copa eso 😊

Desde ya que están las estadísticas que nos permiten prever escenarios posibles y son hasta necesarias para poder proyectarnos. No estoy diciendo que esté mal proyectarse, lo que estoy planteando es cómo nos relacionamos con lo que no podemos proyectar, cómo nos relacionamos con lo que no podemos prever y cómo nos relacionamos con el momento.

Las organizaciones necesitan planificar y proyectar el devenir de  los sucesos. Hacia dónde, cómo y de qué manera se va a llegar a los objetivos. Sin embargo, ya es más que sabido que los contextos son cada vez más dinámicos, hablamos de contextos VUCA, contextos BANI. Poco importa cómo los llamemos si no sabemos cómo relacionarnos con ellos.

collage de una cara humana con un ojo en la frente

La pandemia hizo tambalear un poco la idea de los contextos VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos), redoblando la apuesta hacia los entornos BANI (frágiles, ansiosos, no lineales e incomprensibles). 

Pienso que esa ansiedad del contexto, en realidad nos pertenece a las personas. No estamos habituadas a relacionarnos amablemente con el momento, con el presente. Necesitamos proyectar, pero la realidad cada vez más nos exige algo distinto y ahí es cuando hacemos agua.

 He aquí el punto al que quiero llegar cuando digo que es FUNDAMENTAL que las personas aprendan a improvisar, es decir a tomar decisiones EN EL MOMENTO para responder más adaptativamente a los contextos BANI. 

¿Significa que tenemos que ser anárquicos? Para nada, incorporar la improvisación como herramienta en la toma de decisiones no significa hacer cualquier cosa. Por eso les mencionaba el formato: es tomar decisiones en el momento dentro de un formato determinado -por ejemplo, la organización a la que pertenecemos – que nos rodea. 

Cuando una persona y una organización aprenden a llevarse mejor con el arte de la improvisación, lo que se pone en juego es: 

EL TIMING

Las organizaciones no pueden quedarse dormidas en la burocracia. Las personas tampoco. Honestamente no me copa para nada que los cambios sean cada vez más veloces y extremos, pero sucede. Mi disgusto no va a cambiar esa realidad. Lo que puedo cambiar es cómo voy a responder a lo que sucede: ¿me conectaré con el aquí y ahora y responderé en ese tiempo? ¿O me quedaré lamentando el pasado que no fue o ansiosa por el futuro que no llegó y no sé cómo va a ser? 

La improvisación es en el aquí y ahora, por lo tanto, en la medida en que hacemos crecer este potencial, mejora nuestra relación con el presente.

dibujo de personas agarradas de las manos

ADAPTACIÓN

foto de peces con ojos humanos

Soy muy cruel en este punto. Muchas personas afirman ser flexibles hasta que les propones modificar la forma de comunicarse, la manera de hacer seguimiento a los objetivos y están todos aferrados a lo que existe como garrapata a perro callejero. Hay que adaptarse para sufrir lo menos posible. Porque no voy a mentir, nada de esto es sin una cuota de angustia, pero la capacidad de adaptarse a los cambios, a los imprevistos y a las oportunidades (aunque esto mueva el timón 180 grados) va a amortiguar ese sufrimiento, tanto para las personas como para las organizaciones.

En este punto hay dos opciones: adaptarse o quedarse como el meme de John Travolta en Pulp Fiction haciendo el gesto de: ¿qué onda?. O tomar lo que la realidad nos ofrece para el mejor provecho o el menos riesgo posibles.

L@s improvisador@s generamos propuestas y nos adaptamos a las propuestas de l@s demás. Esa es la magia de nuestro arte. La gente queda fascinada ante la actitud que adoptamos con lo que nos proponen nuestr@s compañer@s.

LA GENERACIÓN DE PROPUESTAS Y LA TOMA DE DECISIONES

Los entornos BANI nos exigen ser activos en la generación de propuestas y toma de decisiones para no ser devorados por el dinamismo de este contexto. Insisto, no estoy fomentando el dinamismo demencial al que estamos siendo expuest@s, estoy proponiendo recursos y herramientas que nos pueden permitir sufrir lo menos posibles esta realidad inevitable.

Crear una historia improvisada implica generar y decidir, generar y decidir, generar y decidir, una y otra vez, desde que empieza hasta que termina la historia. Y eso pasa en el momento. No tenemos tiempo de pensar, sólo tiempo de responder a lo que nos proponen y de proponer para que las demás personas respondan.

ASOCIACIONES ESTRATÉGICAS

Las estructuras organizacionales deben ser dinámicas y funcionales. La estructura debe ser funcional a la organización y no al revés. En realidad, desde mi punto de vista esta es una necesidad que tienen las organizaciones desde que existen como tales, pero en estos nuevos entornos esto es mucho más visible: no hay tiempo y lugar para la neurosis organizacional si queremos salir lo menos dañados posibles. 

Cuando se improvisa una función, l@s improvisadores entramos y salimos de escena según la historia lo requiera. Entendemos que hay momentos en los que se nos requiere y otros en los que no. Eso en el fondo es escuchar lo que la historia necesita para avanzar y no lo que nuestro ego necesita para sobrevivir. La vedette es la historia que estamos contando y no l@s improvisador@s que la estamos creando.

En fin, voy a ir cerrando este posteo que al final me llevó más tiempo del que esperaba, más bien me llevó el tiempo que necesité para expresar las ideas que deseaba expresar desde hace tiempo. 

Y me parece que esto es muy rico, porque me deja concluir con algo super importante: una cosa es decidir en el momento y otra muy diferente es decidir apurad@s. 

L@s improvisador@s no nos apuramos para proponer, más bien todo lo contrario, estamos preparad@s para conectarnos con el presente, con los imprevistos y con las oportunidades, y eso es lo que les estoy proponiendo a ustedes y a sus organizaciones: que aprendan esta disciplina para que ello impacte en sus vidas y su devenir.

Y tengan presente que la única hora, ¡ES AHORA!


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